Parte 2 de 5: Absorbe la información







1 Ten en cuenta tu estilo de aprendizaje. La verdad es que ciertas técnicas no funcionan para algunas personas. Algunos aprendemos con las manos, otros aprendemos con los ojos y otros con los oídos (y otros con una combinación de todos). Si no puedes recordar nada de lo que dijo el maestro, tal vez simplemente estés usando la técnica equivocada.
Una vez que hayas descubierto tu estilo de aprendizaje, puedes concentrarte en lo que es mejor para ti. ¿Recuerdas mejor las cosas que has visto? ¡Entonces estudia esas anotaciones y haz gráficas! ¿Las cosas que has escuchado? Graba las lecciones en el salón de clases. ¿Las cosas que haces con las manos? Convierte los conceptos en algo que puedas construir.

2 Lee el libro de texto. Así como es de aburrido y monótono, así mismo es increíblemente útil. ¡A veces los maestros ni siquiera mencionan la información en la clase! Después de leer un párrafo, repásalo en tu mente sin mirar. Luego, léelo de nuevo. De esta forma se quedará en tu mente por más tiempo. Esto es especialmente eficaz cuando tienes menos tiempo para estudiar.
Por lo regular, las cosas que se mencionan en la clase y que también se mencionan en el libro son las más importantes (¡obvio!). Si encuentras algunas de estas cosas al leer, resáltalas. Es importante que sepas dónde están para encontrarlas después.
No consideres que un tema complejo (como los beneficios del escaneo) está totalmente perdido. Concéntrate en las ideas principales (el texto subrayado, las cursivas, etc.); esto hará que tu mente se ponga en marcha.[1] Si puedes llenar los espacios en blanco, ¡genial! Si no puedes, lee más detenidamente.


3 Toma buenas notas. Para la mayoría de los cursos en la escuela media, en la secundaria y en la universidad, la mayor parte de las cosas que aparecerán en los exámenes y en las tareas, se discuten en el salón de clases. Si el maestro dibuja un diagrama en la pizarra, cópialo porque puede ayudarte a recordar la información.
Escribe notas que sean legibles. Usa marcadores fluorescentes en cosas que necesites encontrar fácilmente al hojear las notas, pero no resaltes demasiado texto porque será contraproducente. Es divertido escribir con lápices de colores si quieres ser más creativo con tus notas, pero úsalos solamente para las secciones que consideres que estarán en un examen o que sean importantes.




4 Estudia con eficacia. Pasar las noches sobre los libros y sentir que no has aprendido nada es simplemente una pérdida de tiempo. En lugar de quedarte dormido sobre el libro de texto, intenta hacer lo siguiente:
Haz una guía de estudio y repásala. Busca en el libro de texto y coloca todas las ideas y detalles importantes en tus notas. Repásalo hasta que sientas que sabes bien el contenido. Si lo has escrito, probablemente lo recuerdes más.
Pídele a alguien que te haga preguntas sobre la guía de estudio. Es mucho más fácil que retengas la información si hablas del tema en voz alta, que si repasas lo mismo en tu cerebro una y otra vez. Cuando tienes que explicárselo a otra persona, te ves obligado a entenderlo, no sólo a saberlo.
Inventa formas divertidas de estudiar. Si puedes, haz tarjetas para memorizar, invita a un amigo o únete a un club para hacer las tareas después de la escuela, para que un maestro o un compañero te ayuden. Puedes hacer un juego de mesa para hacer que el estudio sea divertido y fácil o puedes simplemente teclear tus notas si es más fácil para ti leerlas de esa forma. Haz todo lo posible para asegurarte de saber el material.

5 Participa en la clase. Has hecho la tarea, así que estás totalmente preparado para participar en la clase. ¡Demuestra que sabes sobre el tema! Hay varias razones por las cuales es buena idea hacerlo. La más importante es que al participar en la clase, incrustas en tu mente las cosas que has aprendido al hacer la tarea (cosas que antes sólo sabías superficialmente).
La segunda razón es que la información se incrustará en tu cerebro. En serio. Al hablar del tema en voz alta (sobre todo en el salón de clases, donde es un poco más estresante que con un amigo) usas una parte diferente de tu cerebro, a diferencia de sólo escribirlo. De esta forma, le haces frente a todas las partes de la situación.
La tercera razón es que el maestro lo tomará en cuenta. A ningún maestro le gusta estar en un salón lleno de grillos. Si mantienes al maestro contento contigo, te tratará mejor al momento de dar las notas o cuando le pidas puntos adicionales.




6 Pide ayuda. Si no estás seguro de lo que se necesita para sacar una buena nota o te cuesta mucho hacer las tareas del curso, pídele ayuda a tu maestro. No tiene por qué ser un asunto complicado; tu maestro siempre estará dispuesto a ayudarte. Pídele ayuda después de la clase, en horas laborales o a través de un correo electrónico.[2]
Por lo regular, las cosas que nos dicen en privado se nos quedan más que si simplemente las escuchamos en el salón de clases. Además de la sesión de aprendizaje personalizado, tu maestro valorará tus esfuerzos y seguramente le agradarás más. Tener un maestro a quien le agradas puede llegar a ser muy, muy, muy útil.

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